Por esas aguas, según los tiempos, piratas podían ser portugueses, franceses o ingleses en la etapa de la Confederación, y podían ser españoles cuando la escuadra real depredaba las costas santafesinas hasta que la derrotó San Martín de San Lorenzo.
Dicen las lenguas isleñas que en realidad, el pirata era italiano; se trataba de un corsario contratado por el Supremo Entrerriano Pancho Ramírez durante su enfrentamiento con Estanislao López, luego de 1820. El filebustero tenía por fin dominar el paso del Paraná hacia Santa Fe. López llamo en su auxilio a la escuadra de Buenos Aires, al mando del General Mansilla, que comenzó a bloquear el paso, sucediéndose combates que culminarían cuando el capitán corsario y la tripulación de su barco se lanza al abordaje de una nave porteña en ese recodo del Colastiné, siendo muerto durante el asado. Se piensa que le habrían dado sepultura sobre la curva del río, y allí llamarían los santafesinos criollos al lugar “LA VUELTA DEL PIRATA”.
“Hitos de Santa Fe la Vieja” – Ricardo Kaufmann.